Miel Cristalizada, ¡Sí por favor!
Cuando llega el invierno y bajan las temperaturas, la miel se solidifica. ¡Bien! Es buena señal, porque si es natural se comporta así, y es que una miel cristalizada, es sinónimo de calidad.
La miel tiende a solidificarse creando cristales por debajo de 25ºC. pero no solo la humedad y la temperatura influyen en este proceso, su composición también lo hace.
La miel es una solución sobresaturada de azúcares naturales, como la fructosa y la glucosa. Las cantidades de ambas, determinan la velocidad de cristalización.
– Más concentración de glucosa, proceso más rápido de cristalización.
– Mayor cantidad de fructosa, cristalización más lenta.
La proporción de azúcares naturales que contenga dependerá del tipo de flor, planta, árbol… del que hayan recogido el néctar las abejas.
Ésta relación es muy variable según el tipo de miel (miel de brezo, mielato, miel de flores, miel de zarzamora…).
Dicho esto… una miel cristalizada es garantía de calidad, puesto que si tiene tendencia a cristalizar y no lo hace, es porque ha sido sometida a algún proceso no natural, (ha podido ser calentada, pasteurizada u otro tipo de procesos industriales) además, es este proceso natural el que le ayuda a conservar todas sus propiedades.
?? ¡ojo! Si no te gusta consumirla con esta textura, no debes calentarla por encima de 38º ya que perderá sus propiedades.
Una buena práctica para saber que no estás calentando la miel por encima de 38º es, poner el tarro a calentar al “baño María” y meter el dedo en el agua, si no te quemas, estás haciéndolo bien.
Has de tener cuidado de que el tarro de miel no esté en contacto con el fondo de la cazuela y tu dedo tiene que soportar la temperatura del agua.
En la imagen de arriba, nuestra miel de brezo de hace un año, ya cristalizada y nuestra miel de brezo, de esta temporada, aún sin cristalizar.
¡Que no te engañen! una miel cruda, natural, pura… si tiene tendencia a cristalizar y no lo hace… deja de ser cruda, natural y pura.